La marca holandesa van den Hul exhibe una vitalidad fuera de lo común en su particular búsqueda de la excelencia.
Virtud que se complementa con una excepcional capacidad de adaptación a las nuevas tendencias del mercado del audio y el vídeo de alta calidad.
Detrás de este espíritu perfeccionista y camaleónico a la vez se encuentra A.J. van den Hul, uno de esos genios a la antigua usanza –muchos de sus contemporáneos están jubilados desde hace años- a los que en buena medida se debe la existencia misma del audio High End tal y como lo conocemos hoy en día y que sin embargo todavía conservan el entusiasmo de los tiempos en que se sabían pioneros en el difícil arte de conseguir una reproducción musical que hiciese honor a la realidad irrepetible de la interpretación original.
Riguroso en su formación y conocimientos y absolutamente único en la forma de aplicarlos, en 1980 van den Hul decidió poner en marcha su particular y personalísima visión de lo que debe ser el sonido sin compromiso, siendo su primer objetivo la mejora de la calidad de las cápsulas fonocaptoras en función de una serie de criterios que con el tiempo desembocaron en unos diseños absolutamente únicos que han alcanzado la categoría de auténticos mitos dentro de los productos de su clase. La otra gran línea de actuación de la compañía holandesa fue y sigue siendo la puesta a punto de cables capaces de superar los problemas inherentes a la transmisión de señales de audio y vídeo (en ambos casos tanto en el ámbito analógico como en el digital) con ayuda de innovaciones tecnológicas absolutamente únicas que han recibido elogios unánimes por parte de aficionados y críticos especializados de todo el mundo.
Las nuevas necesidades y exigencias aparecidas en el mercado mundial del High End han hecho que van den Hul se interesara también por los cada vez más valorados cables y filtros de red, a la vez que la sofisticación de sus cápsulas fonocaptoras (todas ellas hechas a mano por el propio van den Hul, lo que las convierte en piezas únicas) sugirió el desarrollo de electrónicas capaces de integrarse perfectamente con su arquitectura interna y lograr de este modo el total aprovechamiento de su extraordinario potencial.
El ilustrativo lema de la marca “The Link between Technique and Emotion”, es decir “El Puente entre Técnica y Emoción”, refleja limpiamente la vocación de van den Hul por poner la tecnología más avanzada al servicio de la experiencia audiovisual más completa.
En el actual catálogo de la firma holandesa encontramos, además de una de las gamas de cápsulas fonocaptoras más cautivadoras del mercado, un repertorio único de cables de interconexión analógica de audio y vídeo, de conexión de fono, de interconexión digital de audio y de conexión a cajas acústicas.
En el caso de las cápsulas habría que destacar la sublime Colibri (diseño de bobina móvil de baja salida, chasis ultraligero y bobinas con devanados de oro monocristalino… una referencia absoluta que ha conseguido enamorar a devotos de la música y el sonido absoluto de todo el mundo), mientras que en cables de interconexión el actual no va más de van den Hul es el The Mountain y e cables de conexión a cajas el no va más de la marca holandesa es el increíble The Supernova.
Excelentes son asimismo los cables digitales en todo tipo de formatos (óptico, coaxial balanceado y no balanceado, USB), los robustos cables de red Mainsserver y Mainssttream, el sofisticado filtro de red The Black Hole (equipado con soluciones únicas) y el hipermusical y versátil previo de fono (MM/MC) The Grail.
Fiel a sus principios, van den Hul utiliza productos respetuosos con el medio ambiente en todos y cada uno de sus diseños, hasta el punto de haber desarrollado materiales y topologías verdaderamente revolucionarios, como por ejemplo el carbono libre de metal (“Metal Free”) bajo la denominación LSC (“Linear Structured Carbon” o “Carbono Estructurado Linealmente”) o la innovadora tecnología 3T (“True Transmission Technology”), que son utilizados en configuraciones híbridas de fabulosas prestaciones objetivas y subjetivas que no tienen parangón en el mercado.