De origen holandés y fundada por dos genios de la electrónica –uno holandés y uno estadounidense- con una especial sensibilidad por las válvulas de vacío, PrimaLuna fue fundada partiendo de la idea de eliminar el mantenimiento de dichos dispositivos. ¿Cómo? Utilizando un auténtico y sofisticado sistema de Polarización Automática Adaptativa (Adaptive AutoBias) y, en paralelo, haciendo funcionar las válvulas de vacío de tal modo que su disipación térmica sea mínima e incrementar la pegada y el ancho de banda mediante el uso de transformadores de salida de calidad superior.
PrimaLuna deja bien claro que no hay ningún tipo de receta mágica para extraer más potencia de una válvula de vacío: se trata de matemáticas y todo el mundo tiene que usar la misma fórmula. Dicho esto, dos son las maneras de logar el citado objetivo, siendo la primera usar una tensión de placa y de pantalla más alta y la segunda “jugar” con la polarización –“bias” de las válvulas.
En el primer caso, PrimaLuna opta por utilizar valores más pequeños que la mayoría de sus competidores con el fin de maximizar la fiabilidad y reducir la probabilidad de que se produzcan daños en el amplificador.
En lo que respecta a la polarización de las válvulas, se materializa en la denominada “corriente en vacío”, un término a su vez asimilado a las revoluciones del motor de un automóvil al ralentí. Teniendo esto en mente, la filosofía que PrimaLuna aplica a sus amplificadores es hacer funcionar las válvulas que los equipan de tal modo que su disipación térmica sea mínima aunque sin llegar a la distorsión de cruce.
De este modo, el usuario reduce drásticamente los costes de sustitución de válvulas polarizadas incorrectamente y si en un momento dado alguna de las mismas aparenta estar desequilibrada con respecto a las demás, el sistema Adaptive AutoBias se encargará de asegurar que tal desequilibrio afecte al sonido. De ahí que en su si sitio web PrimaLuna realice afirmaciones tan sugerentes y divertidas como las siguientes: “Nuestras válvulas duran más que Keith Richards” o “Más graves que Daft Punk”.
Son muchos los amantes de la música que buscan mejorar los graves de su equipo, en especial si son propietarios de un amplificador a válvulas carente de pegada o con unos graves de baja calidad. Para solucionar el problema, cometen el error de comprar una electrónica más potente sin saber que la potencia bruta no significa nada cuando se trata de calidad sonora, dinámica y pegada de graves. Esto es cierto con los amplificadores de estado sólido y todavía más con los basados en válvulas de vacío. Es este caso, 200 vatios por canal no servirán de nada si los transformadores de salida no poseen el suficiente ancho de banda.
De ahí que dichos componentes sean los más importantes y caros de un amplificador a válvulas, motivo por el que PrimaLuna los diseña y construye en sus propias instalaciones. El resultado es una musicalidad excepcional combinada con una vitalidad extraordinaria que permite a las realizaciones de la marca atacar con autoridad cajas acústicas con las que realizaciones equivalentes de otras marcas sencillamente no se atreverían.
A todo ello hay que añadir un cuidado idéntico en la selección de otros componentes tan relevantes como el transformador de alimentación, condensadores o resistencias, un cuidado que es rematado por el cableado punto a punto –que se lleva a cabo manualmente- de todos los componentes que conforman cada uno de los modelos de PrimaLuna, cuya extraordinaria relación calidad/precio los convierte en verdaderos iconos del High End asequible